martes, 20 de octubre de 2009

humo

hace que un cerro se derrumbe con casas, arboles, basura, agua, recorra por mi garganta, se detiene como diciendome: "detente! queda tiempo para aun más", miro el reloj y los segundos se detienen, miro aquella chica, sus ojos comienzan a llorar en silencio: su sonrisa, las palabras que emite hacen reir al resto, vamos por un poco de mùsica chocando con las paredes, suzurran voces despidiendose de los problemas, agito un poco el pelo, el aire entra jugando por la ventana, mira el lugar y se impregna en los pulomnes. Suspiro... vuelvo de nuevo al encuentro con la virgen Marìa, cierro los ojos para volver a Jùpiter, me recuesto en las estrellas. Abro los ojos y me encuentro en el bar, en aquel lugar se encuentra un maniquì que habla en pequeños còdigos que voy olvidando, sonrìe, me da las buenas noches, bajo las escaleras y siento frìo.

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