lunes, 22 de febrero de 2010

se apagaron las luces y comenzamos a sentir el silencio, de pronto sentì aquella presencia que sòlo solìas entregarme, lleguè a casa y mi cuerpo desprendìa un aroma que era tuyo y era como un poco humedo, abracè la almoada bien fuerte consumiendo el miedo que dejaste, las inseguridades, el mirar el espejo y sentirme mal, comenzar a cuestionar que algo falta mientras pasa el tiempo, estar tanto tiempo aquì me ahoga, es un pequeño frasco que alcancè a tapar de los gestos, lo que tus ojos decìan cuando hacìa mucho frìo, la timidez constante que desafiè con cariño, acaso no importò nada? me siento de repente a fumar un cigarrillo, siempre dije que querìa verle en corbata verde cuando muriera, espero al menos cumpla esa promesa, por ùltimo que lo recuerde, si no llega a ocurrir lo planeado, he de enterrar mis sentimientos, llenar una casa de cosas y esperar un ser que traiga los colores que me faltan para armar mi arcoìris, mi pequeño espacio vacìo que no se llena con comida ni licor, me he quedado observando el rìo esa noche, tube ganas de llorar pero no sirve de nada, de repente escuchè voces, eran mis amigos que venìan de lo lejos, me unì para olvidarme del momento pero suelo llegar a casa y sentirme un poco distante, irreconosible, como si la fiesta acabara mientras observo los àrboles antes de llegar, se acercan cerca de 5 dìas y ya estarè màs lejos de el, espero llegar y sentirme distinto, votar esta angustia y quedarme en silencio, mirar los espacios nuevos que me ofrecen las calles, escuchar nuevas voces y a veces pensar en irme con alguna que me agrade, sentirme vivo, quizàs nada ya es suficiente, me siento felìz de saber que vas, no conmigo, pero vas, de alguna manera, a aquel espacio donde suela observarte, entender que no todo funciona como quisiera, mochila llena de problemas, dejame en paz.-

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