
Y despuès jugamos a los niños exploradores que se alumbran con celular por la noche, desde aquel entonces no pretendo volver, me he sentado varias veces a escuchar esa canciòn que me enviaste alguna ves, de repente hui bajo tierra escarbando con mis uñas llenas de gusanos un poco de ese calor que se posa sobre mi hombro, roto, me he vuelto un adicto a sus mentiras cargantes e intolerable.
Suelo envolver un poco de miedo y hacer trampa, no me va la charla de tontera ni el color amarillo, no me va tampoco escuchar de repente a los caballos de mar mientras todos duermen, quiero un mundo lleno de colores donde diluir un momento este sentimiento vacìo sin gracia, quitarme los segundos de encima, escalar una montaña y gritar bien fuerte.
Stick
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