Al terminar el sorbo de cerveza, comencé abordando un viaje interminable de risas y anestesia. Logre llegar al punto donde tus ojos comienzan, recordando aquel dolor que se impregna en ellos, aquellos donde el frio suele llegar y pasar ahí tardes completas pensando que ojala fuertemente cayeran sobre mí, implorando un poco de esa sustancia. Me cuelo entre las palabras que nos separan, entre las miradas sobre la gente...
deja comprarme otra botella para nublar la vista, puntos de colores en su camisa, quisiera de pronto pedirle que se vaya, que me deje aquí fumando cigarros y olvidando que existe.
Stick
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